Fin del dinero-deuda en el Reino Unido
El primer ministro británico, David Cameron, compareció ayer
públicamente ante los medios de comunicación para anunciar un cambio
radical en el sistema financiero del Reino Unido. En pocas semanas, la
creación y la gestión del dinero estarán controladas directamente por
varios organismos estatales cuya labor será sometida cada año a la
aprobación ciudadana. La decisión de Cameron termina con el monopolio
del que disfrutaban históricamente los bancos para emitir dinero en
forma de deuda a través de préstamos, descubiertos y otros sistemas de
créditos.
La reforma es el resultado de un largo proceso de reflexión sobre el
papel del dinero en el Reino Unido, en el que ha sido decisiva la labor
de la ONG británica
Positive Money, que lleva desde su aparición, en el año 2010, presionando a favor de un cambio del sistema financiero.
De hecho, esta Ley del Dinero Público, como bautizó ayer Cameron a la
nueva normativa, se ha inspirado principalmente en un proyecto de Ley
anterior redactado por la propia Positive Money. Proyecto que sus
militantes defendieron en cientos de charlas y debates a lo largo de
todo el territorio de las Islas, en una exitosa campaña que le ha valido
a la ONG para conseguir el apoyo de los dos grandes partidos.
Apoyo que garantiza la aprobación en el Parlamento de la reforma,
prevista para “la primera semana de febrero, como muy tarde”, según
Cameron. Su entrada en vigor dará paso a la aparición de un nuevo
organismo público, el Comité de Política Monetaria, que dependerá
directamente del Banco de Inglaterra. Será el único organismo que podrá
crear dinero. “No así recaudarlo, pues esta es, como bien saben,
competencia de la Hacienda Pública a través de los impuestos, que por
supuesto seguirán existiendo”, ha aclarado Cameron.
El dinero emitido por el Comité de Política Monetaria estará además
“libre de deuda”, destacó el primer ministro, “pues no habrá que
devolverlo al comité ni a ningún banco, al contrario de lo que sucede
con los préstamos emitidos por estos”.
Dicho dinero libre de deuda que será gastado en aquellas partidas que
propongan las fuerzas políticas representadas en el Parlamento
británico y que vote la ciudadanía en referéndum vinculante que será
convocado con carácter anual.
Cada partido podrá realizar un número determinado de propuestas para
el gasto del dinero libre de deuda, según su representación
parlamentaria. El número de propuestas de gasto que podrán realizarse
varía entre tres, cinco, siete o diez como máximo, dependiendo del
número de diputados que representen a dicha fuerza política en el
Parlamento.
Las propuestas de gasto de los partidos serán posteriormente votadas
para su aprobación en referéndum popular. A la hora de votar, el
ciudadano se encontrará con una papeleta donde figurarán todas las
propuestas. Podrá seleccionar un máximo de diez, procedentes del mismo o
de distintos partidos políticos. Las diez propuestas más votadas serán
las destinatarias del grueso del dinero creado (salvo ciertas partidas
para casos excepcionales) hasta la celebración de un nuevo referéndum,
al año siguiente.
Sobre los fines a los que podrá dedicarse este dinero libre de deuda,
Cameron ha señalado que “puede ser utilizado para pagar las deudas
existentes y, al reducir la deuda personal, las personas y las familias
tendrán más dinero para gastar en las empresas. De este modo, se crearán
puestos de trabajo y se reducirá el actual nivel de desempleo”.
Por su parte, el fundador de Positive Money, Ben Dyson, ha añadido
que “una opción (para el uso del dinero) puede ser la construcción
de infraestructuras. Por ejemplo, para realizar la transición a un
modelo energético basado plenamente en las energías renovables, algo que
deberíamos hacer antes de que los precios del petróleo terminen fuera
de control por el llamado pico del petróleo”.
“También podría utilizarse el dinero para rebajar los impuestos al
20% más pobre de la población mediante la reducción del IVA, un impuesto
que pagan hasta los pensionistas y los desempleados cada vez que
compran algo en una tienda. O, alternativamente, ese dinero podría ser
distribuido de manera proporcional entre todos los adultos del país,
como una renta básica”, añade Dyson.
Se acaba el “peor sistema” posible
Después de la aprobación de la Ley del Dinero Público, los bancos
privados británicos podrán seguir prestando dinero, “pero no crearlo de
la nada”, señala el fundador de Positive Money. “Muchas personas creen
que cuando un banco les concede un préstamo, reciben de la entidad
bancaria el dinero depositado por otras personas. La realidad es
totalmente distinta. Lo que hace el banco con el prestatario es crear
para él una nueva entrada contable en la que anota el dinero de su
préstamo. Dinero que básicamente acaba de surgir de la nada, y que no
está respaldado por ningún depósito de nadie. Dinero creado de la nada
por el que además, el prestatario tendrá que pagar unos intereses
adicionales”, añade el fundador de Positive Money.
La
New Economics Foundation (NEF),
fundación británica que defiende la necesidad de un profundo cambio del
sistema económico para hacerlo sostenible social y medioambientalmente,
comparte esta visión de Positive Money, para la que ha realizado
diversos estudios sobre la creación y la función del dinero.
El responsable de muchas de estas investigaciones e investigador jefe
de la NEF, Josh Ryan-Collins, afirma que es un verdadero mito que los
bancos sean meros intermediarios: “en el Reino Unido no hay ninguna
ratio obligatoria que los bancos tengan que cumplir entre los depósitos
que guardan para otros y sus reservas de dinero, de manera que los
bancos no necesitan el dinero de los ahorradores para poder
prestárselo a quienes lo necesitan”.
Desde Positive Money también destacan el hecho de que el 97% del
dinero con el que se opera en el Reino Unido se expresa en forma de
meras anotaciones electrónicas que figuran en las cuentas bancarias de
los usuarios. El resto, apenas un 3%, es dinero en metálico impreso por
el Banco de Inglaterra. “En definitiva, casi todo el dinero en
circulación es dinero digital cuya creación está monopolizada por los
bancos privados, que usan este poder para imponerse a los poderes
democráticos, como bien se está viendo en esta crisis. Ya lo dijo Mayer
Rothschild: dejadme emitir y controlar la creación del dinero de una
nación y me dará igual quién haga las leyes”, recuerda Dyson.
“También es interesante -prosigue el fundador de la ONG- lo que dijo
el propio Mervyn King, gobernador del Banco de Inglaterra, sobre este
sistema del dinero-deuda, cuando afirmó, hace año y medio, que de todas
las maneras en que se puede organizar la banca, la peor es la que
tenemos hoy en día”.
Una de las razones para el fundador de Positive Money de afirmaciones
tan extremas como esta es que el dinero-deuda genera, como no podría
ser de otra manera, un endeudamiento excesivo y generalizado: “muchos
políticos insisten machaconamente con la idea de que no se puede gastar
más de lo que se ingresa. Pero lo que no dicen es que esa es
precisamente la base de este sistema, ya que el dinero solo se crea como
deuda. Así sucede, por ejemplo, al constituir un préstamo y,
posteriormente, cuando el préstamo se devuelve, alguien más debe pedirlo
prestado para que ese dinero pueda seguir existiendo. Sin deuda no hay
dinero, por tanto”.
Endeudamiento que además acaba siendo destinado preferentemente a la
especulación en detrimento de la economía real. Según Dyson: “los
préstamos productivos, esto es, el dinero prestado a empresas que
producen bienes, prestan servicios y crean puestos de trabajo, solo
representan el ocho por ciento de los préstamos concedidos por los
bancos, mientras que el restante 92% se destina a la especulación
financiera e inmobiliaria”.
Situación que cambiará tras la entrada en vigor de la reforma
financiera. “Al dirigir este dinero nuevo a la economía real y
productiva, en lugar de a los bancos que lo prestan en forma de deuda,
se reducirán los niveles de pobreza. Al tiempo que también se reducirá
el endeudamiento, redundando en una mayor igualdad, dado que los más
pobres no tendrán que pagar tanto dinero a los más ricos en forma de
intereses”.
“Tampoco serán necesarios nuevos recortes de los servicios públicos
del Estado del Bienestar, pues se podrán generar los ingresos necesarios
para mantenerlos, e incluso mejorarlos”, concluye el fundador de
Positive Money.
DATOS DE CONTACTO:
http://www.positivemoney.org/
(Imagen: Ben Dyson. Cortesía de Positive Money).
DIA DE LOS INOCENTES...
Daniel Jiménez
Como muchos sospechan, el artículo de ayer es una inocentada.
Durante los últimos años hemos utilizado el 28 de diciembre para hacer
como muchos medios de comunicación en este Día de los Inocentes.
Evidentemente, al día siguiente, como muy tarde, se aclara que la
noticia es falsa, ya que no se trata de engañar a nadie, sino de hacer
una broma.
En el caso de Noticias Positivas, intentamos que sea una broma con
mensaje. Es decir, contamos algo que no es verdad, pero que nos gustaría
que fuera verdad. Y que además, podría ser perfectamente verdad. De
hecho, la mayoría de los datos empleados en este artículo son ciertos.
Existen Positive Money y la NEF, y también son ciertas las declaraciones
del gobernador del Banco de Inglaterra diciendo que tienen el peor
sistema bancario posible.
También es cierto que Positive Money ha presentado un proyecto de Ley
para acabar con el dinero deuda. Su campaña ya ha recibido el apoyo de
diputados de los dos grandes partidos, el Partido Conservador y el
Partido Laborista. En suma, no hablamos de “ciencia ficción”, sino de
posturas claras y concretas que se defienden por muchos colectivos hoy
día.
Posturas que además compartimos plenamente en Noticias Positivas. Hay
que recordar que cuando comenzó a utilizarse eso que llaman dinero,
hace muchos miles de años, su función era la de servir de instrumento
para facilitar el intercambio de bienes y servicios entre las personas.
El dinero no era un fin en sí mismo, sino un medio al servicio de la
economía real. Lamentablmente, hoy el dinero se ha convertido en un fin
en sí mismo. Y no solo en el fin de todas las actividades económicas.
También las personas y el medio ambiente se deben sacrificar en el altar
de esa cosa virtual cuyo control lo tienen unas entidades privadas
llamadas bancos, que operan solamente en interés propio.
Es decir, el dinero ha dejado de convertirse en un instrumento al
servicio del intercambio para prefigurarse en el fin de todas las cosas,
incluyendo la dignidad de las personas y la conservación de nuestro
planeta. Cuestiones ambas que trascienden lo meramente económico, pero
que el Dios Dinero se empeña en convertir en bienes con los que
comercializar.
La humanidad y el planeta enteras esclavizadas por algo que no tiene
base material, y que además controlan unas pocas personas. Todo esto no
tiene sentido. Y se puede cambiar, porque no hablamos de una fatalidad
del destino, sino de una creación humana. Y en nosotros, los seres
humanos, está la capacidad de cambiarlo. ¿Podrán unos pocos seguir
manteniendo un sistema totalmente irracional simplemente porque les
beneficia en detrimento de la inmensa mayoría de la humanidad y del
propio planeta? Nosotros sabemos que las cosas pueden cambir. Soñamos
con verlo antes de que tengamos que abandonar este mundo. Y si
conseguimos que otras muchas personas sueñen lo mismo, sin duda lo
conseguiremos. Porque cuando muchas personas sueñan lo mismo, el sueño
acaba haciéndose realidad.